domingo, 22 de abril de 2012

Una historia

Os voy a contar una historia.
                Nadie puede certificar si lo que estoy contando es verdad o ficción, bueno nadie?, mi querido amigo José Antonio, sí podría certificarlo pues he ido con él durante todo el rato.
                Pero como todas las historias tienen un principio, y vamos a comenzar con ello, todo empezó tal día más o menos como hoy, en que se celebró el MAPOMA 2011, en su 34 edición, yo como viene siendo tradición desde que hace ya algunos años, después de inscribirme a través del “circuito de verano”, (para los que no conozcan el tema, les diré que son una serie de carreras de 10 km. que una vez terminadas una serie de ellas, conseguía la inscripción automática en la Maratón del año siguiente), yo no sé bien si este año se ha disputado pero creo que no ha sido así, y de haberlo hecho en principio no había inscripción automática sino una rebaja en la cuota de la inscripción, no sé si sería de hasta el 50%, el caso es que no convenciéndome demasiado el cariz tomado por la nueva organización organización decidí no hacer el circuito, no voy a entrar en ese debate pero, si eres un corredor popular que correr habitualmente y haces tres carreras 50% de inscripción, si te compras las zapatillas de la marca que patrocina el Maratón, (eso sí, las más caras), y en el sitio que ellos te dicen, sí te dan la inscripción, eso es recaudar no fomentar el deporte. Pero es una organización privada que puede hacer lo que le venga en gana.
                Continuando con mi historia, durante el año como siempre y a pesar de no estar apuntado, he preparado con más ilusión si cabe esta edición del Maratón, incluso les mandé un email, para ver si podrían apuntarme de una forma más económica, pero su respuesta comercial, fue muy contundente.
                Esta mañana y haciéndome llevar por mi espíritu de corredor popular me levante temprano y después de fabricarme un dorsal (sí lo reconozco), me lancé a través de la castellana arriba con el fin de realizar mi ilusión, sabía que en algún momento alguien de la organización podría decirme que no podía correr, lo sabía pero no ha sucedido, la verdad es que yo no he necesitado casi nada de la organización, excepto un par de botellitas de agua, que además he compartido con otros participantes, yo iba preparado con mis glucosas, mi barritas, etc.
                MI historia podría haber tenido un final muy feliz si este organizador que se ha colocado en el kilómetro 42, sí, a 195 metros de la meta, y me impidiera terminar con buen fin mi ilusión, seguro que el señor no tiene nada de culpa, bastante tiene. Pero si por casualidad me hubiesen dejado pasar por meta y cumplir mi ilusión, me habrían hecho mucho más feliz.
                No quiero decir que este mosqueado, han hecho lo que debían, pero es que hay veces que cuesta tan poco hacer feliz a una persona y a mí a pesar de haber corrido ya con esta 13 ediciones de manera consecutiva desde 1999 creo, ahí tengo guardada todos medallas conmemorativas, puedo decir que me han faltado 195 metros para hacerme completamente feliz.
                Pero desde aquí lo digo ahora, el año que viene volveré, volveré a correr la Maratón de Madrid, y estoy dispuesto a hacer esos 195 metros, y otros 42 kilómetros más y una vez más poder ver cumplidos mis sueños.

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