No sé cuantos años llevo ya corriendo esta prueba, lo que comenzó como un reto se ha convertido año en año cada vez más en una tradición, lo que hace unos años yo veía a esos locos corriendo en una mañana del mes de abril por Madrid, como una especie de super hombres, he visto que yo también podía hacerlo, no solo una, ni dos, ni tres sino que este año voy a por mi doce maratón popular de Madrid.
Para la primera vez que corres una prueba de este recorrido, desde unas semanas antes ya te calientan la cabeza todos los corredores, dando consejos, unos acertados y otros un poco frívolos, te cuenta lo del muro, lo del kilómetro 35, que es allí donde empieza el maratón, y tú alegre, feliz, más bien y desde el tiempo diría infeliz, te prepara física y psicológicamente para pasar el muro y lo que haga falta.
En primer lugar voy a explicar que es lo que los corredores llaman “el muro”, es un momento en que tu cuerpo te dice para pero todavía no has llegado a la meta, resulta que te faltan todavía alrededor de unos siete kilómetros, más o menos.
He usado el término corredores, ya que no me considero yo un corredor, solo y sencillamente un deportista como tantos otros que me gusta salir a correr cuando puedo y me apetece, el corredor es aquél joven que va por las carreras intentando superar una marca, cada vez más alta y cada vez más exigente, a mi con terminar me doy por satisfecho.
Debo decir que hablando de tradiciones y a los deportistas nos gusta usar, mucho las tradiciones tanto en la ropa, en el calzado, en las competiciones o en las fechas, este año es el primer año que no se hace el último domingo del mes de abril, como yo siempre había hecho, supongo que será la semana santa, que hace que los corredores se puedan desplazar de un fin de semana a otro, pero debo incidir que es una cosa que a mí por lo menos no ha sido de mi agrado.
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