viernes, 19 de julio de 2013

Los tramposos, el deporte y el doping

Los tramposos, el deporte y el doping.
                Se suele a veces de tratar de listillos a aquellos que burlan de manera fraudulenta las leyes. En el deporte también existen este tipo de personajes, los nombres son del todo conocidos, no solo por ser famosos, sino por tener en sus vitrinas campeonatos, títulos, medallas, copas, etc., etc.
                ¿Hasta cuándo el deporte trata de delimitar la fina raya que delimita entre el fraude y la preparación física?, ¿Cuál es la diferencia entre aditivos para mejorar el rendimiento físico y sus consecuencias en la salud del atleta?, ¿Se pueden superar de manera natural los records actuales?
                Lo más lamentable de todo este asunto es la “hipocresía”, por parte de todos: de deportistas, de entrenadores, de médicos. Comprendo perfectamente que un joven al que le gusta el deporte, pero… que, a pesar de que es muy bueno en su especialidad, puede ganar al resto, de manera, digamos poco legal. No es necesario tomar drogas, estimulantes, hoy en día todo eso ya está obsoleto, se ha cambiado por un doping más moderno, con transfusiones, con EPO, etc.
                El otro día escuchaba unas declaraciones de un ex deportista que exponía el caso de manera clara. El mismo, decía que ahora, cuando los chavales son jóvenes, su organismo es capaz de asimilar los esfuerzos, pero que un día esos mismos chavales, dejen de serlo, convirtiéndose en personas normales, y es entonces cuando tendrán que convivir con sus excesos el resto de su vida. Seguramente ni lo habrán pensado. Pocas veces pensamos que los excesos de hoy se van a convertir en daños irreparables en un futuro.
                                Pocos deportes y deportistas no han sido salpicados con esta lacra, desde principios del siglo XX, cuando empezaron a despuntar las competiciones deportivas, y cuando se mezcla el dinero con el deporte, se convierte en mal asunto.
                El problema de todo esto es que cuando cualquier nombre salta a la palestra, aun en el caso remoto, de que no sea así, automáticamente su carrera quedará marcada y en vez de demostrar su culpabilidad, es al revés, teniendo que demostrar su limpieza. Es cierto que los deportistas son unos grandes atletas, con una capacidad de sufrimiento superior al resto, es cierto que los fisioterapeutas son capaces de recomponer a través de masajes medianamente a un deportista. Pero no nos llamemos al engaño, con un bocadillo de chorizo y un vaso de vino no se corren 240 km, a una media de 35 km/h de los cuales hay muchos en pendientes, y al día siguiente otra vez, eso normal, lo que se dice normal, no lo es.

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